Plantea cuestionamientos encaminados a
realizar una reflexión crítica en el tema de la educación: Para qué? Con qué
sentido? Existe conciencia de las implicaciones de la educación? Se
comprenden los contextos socio-culturales? Además enfrentando a los cambios permanentes
del planeta, la sociedad, y a todos los que aparecen en distintos ámbitos y a
esa preparación institucional, individual de la sociedad y de la formación propiamente dicha al
enfrentarse a esos nuevos contextos. El medio cultural y la tecnología se “amalgaman”
–dice el autor- para configurar ciencia, educación y cultura. El sujeto, el tiempo y la
historicidad tienen una participación constitutiva de la nueva realidad
contemporánea. Menciona el desorden y
el caos no como la ausencia del orden, lo valora como una información más compleja. Incluye
el desplazamiento de las simetrías, fragmentación, ruptura y discontinuidad
en el que la relación de lo local adquiere una gran importancia frente a los
sistemas globales.
Todos estos aspectos los enlaza en lo que
denomina auto-eco-organización, que hace referencia a una formación del
sujeto en forma distinta a la clásica en libertad y autonomía. Se permite establecer reflexiones alrededor
de la actividad formativa, haciendo relevante los temas relacionados con el
arte.
Plantea la cultura contemporánea como una
superposición de lenguajes, tiempos y proyectos, con tramas plurales y
múltiples ejes problemáticos,
disolución de discursos lineales parametralizados y homogenizantes de la
educación y la cultura. No hay un
discurso único en lo educativo, los procesos educativos y sociales se viven
en relación a los significados, sentidos y conflictos. La creatividad, la restauración, y las
prácticas educativas emergen hacia proyectos de transformación.
NUEVAS FORMAS Y POSIBILIDADES
Plantea que hoy existen nuevas formas y
posibilidades para comprender la realidad en un ángulo de construcción de
conocimiento, como un recorte de realidad en un presente, en una composición
de historia dada, dándose y por darse. Apunta a entender que como sujetos
estructuramos la forma de ver y actuar en el mundo, cuestionando las formas
tradicionales de enseñar, asumiendo que se va más allá de la transferencia de
conocimientos. Se asumen el qué, cómo
y para qué enseñar, el quien y el para que enseñar, rehacer el qué y cómo en
relación al quien y su situacionalidad como punto de partida.
Hace mención a la Didáctica no –paramental
tomada desde la postura de Estela Quintar- que ubica el proceso de enseñanza
como un proceso intencional de permanente promoción de ruptura de sentidos y
significados. Define el conocimiento como construcción de sentidos y
significados y al sujeto concreto como
sujeto sujetado a su territorialidad contextual y a su subjetividad.
La pertinencia del conocimiento, su
influencia en la transformación de la realidad, implica un pensamiento
complejo, siendo este definido por Germán Guarín como un pensamiento atento a
los signos de los tiempos actuales de la cultura, ligado al contexto. Este ha de darse por un sujeto pensante
–cognoscente que moviliza sus conocimientos de un conjunto en cada caso
particular.
El
Pensamiento de la Complejidad, pues es un pensamiento situado en
contexto, supone un mundo en multiformidad, devenir, transformación, y tal
pensamiento se liga a ese mundo por una
necesidad vital.
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